Cada embarazo es diferente, pero hay algo que se repite en casi todas las sesiones premamá que hago: ese momento en el que la futura mamá se relaja, respira hondo y se da cuenta de lo bonito que es parar y mirar hacia dentro (literal y figuradamente).

Esta sesión en estudio la hicimos hace poco y me encantó el resultado. Ella vino con la idea clara de tener un recuerdo sencillo, sin artificios, solo luz suave, ropa cómoda y ese vínculo tan fuerte con su bebé que ya se empieza a notar desde fuera.

Mi estilo es minimalista, y en este tipo de sesiones eso se nota aún más. No hacen falta muchos elementos. Solo una buena luz, una mamá conectada con su momento, y la libertad de moverse y sentir.

Trabajar en estudio también tiene sus ventajas: intimidad, control de la luz, y un entorno tranquilo. Eso ayuda mucho a que la mamá se sienta a gusto, y que podamos crear imágenes naturales, que de verdad transmitan.

Estas fotos no son solo un recuerdo del embarazo. Son una forma de guardar un pedacito de lo que se está viviendo ahora, cuando todo está a punto de cambiar.

Si estás embarazada y te apetece tener algo así, aquí puedes ver más sesiones como esta. Pero sobre todo, no olvides darte ese ratito para ti.